Aunque por lo extraño de su nombre es muy desconocida para muchos, esta dolencia resulta más familiar de lo que pensamos. La tenosinovitis es la inflamación del tendón (cordones de tejido que conectan los músculos con los huesos) y de la membrana sinovial que lo recubre (sinovitis). Esta hinchazón de las vainas que recubren los tendones ejerce presión sobre los nervios adyacentes, lo que provoca a su vez dolor y entumecimiento. Al mismo tiempo, esta inflamación provoca que el tendón no pueda deslizarse bien.

Habitualmente, esta dolencia aparece en los tendones de las muñecas, tobillos y pie –aunque también puede hacerlo en otras articulaciones como los hombros, codos y rodillas– al intentar manipular objetos, caminar o cualquier otra actividad cotidiana. Lo que comienza como una simple molestia al mover la mano o el pie poco a poco irá incrementándose apareciendo pequeñas protuberancias, enrojecimiento de la piel y dolor intenso, incluso en reposo. En algunos casos aislados, puede aparecer fiebre, lo que es síntoma de infección y, por tanto, motivo para acudir lo antes posible a un médico.

Las causas de esta dolencia pueden ser diversas como actividades repetitivas o prolongadas, permanecer de pie períodos prolongados en la misma posición, esfuerzos excesivos, lesiones, o por causas médicas como la artritis, depósitos de calcio, traumatismos, artritis reumatoide, concentración de colesterol plasmático, gota o gonorrea, entre otras. Según su intensidad y naturaleza pueden clasificarse en dos tipos:

Tenosinovitis agudas: serosas y supuradas

Tenosinovitis crónicas: tuberculosas, reumáticas o la enfermedad de De Quervain.

tenosinovitis

La tenosinovitis afecta de manera especial a las mujeres

Esta dolencia afecta de manera especial a las mujeres, aunque también pueden sufrirla profesionales dedicados a trabajos manuales como costureros, carniceros o dentistas.

¿Cómo actuar?

Los tratamientos indicados para la tenosinovitis suelen ser de naturaleza conservadora, es decir, no quirúrgica, y se centran en actuar contra la causa directa de la inflamación. Existen dos vías para ello: la farmacológica y los remedios caseros. En cuanto a la primera, hay que decir que por regla general se recetan medicamentos antirreumáticos no esteroides (ARNE), que no tienen cortisona y actúan como antiinflamatorios y analgésicos, incluso existe la posibilidad de inyectar anestesia local cerca del nervio si el dolor es bastante agudo. Por otro lado, son recomendables otros tratamientos como la aplicación de fuentes de frío / calor para contrarrestar el dolor, ya sea en movimiento o en reposo, y llevar a cabo hábitos saludables como no sobrecargar los tendones con un esfuerzo considerable o mantener en reposo la articulación afectada mediante su inmovilización con una férula o escayola.

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Solo en aquellos casos de tenosinovitis en los que la inflamación de la vaina que recubre el tendón es intensamente dolorosa y cuando los tratamientos conservadores no logran los resultados esperados, puede recurrirse a una intervención quirúrgica que actúe sobre la zona afectada del tendón y haga desaparecer la tensión de la zona.